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PREGHIERA
Juan Pablo II, Exhortación Apostólica "Ecclesia in Asia"
Oh Madre santa, Hija del Altísimo,
Virgen Madre del Salvador y Madre nuestra,
dirige tu mirada, llena de ternura, hacia la Iglesia
que tu Hijo ha plantado en tierra de Asia.
Sé tu su guía y modelo,
mientras prosigue la misión
de amor y servicio de tu Hijo en Asia.
Tú aceptaste plena y libremente
la invitación del Padre a ser Madre de Dios;
enséñanos a vaciar
nuestro corazón de todo lo que no es Dios,
para que también nosotros nos llenemos
del Espíritu Santo.
Tú contemplaste los misterios
de la voluntad de Dios
en el silencio de tu corazón;
ayúdanos a discernir
los signos de la poderosa mano de Dios.
Tú te apresuraste a visitar a Isabel
para ayudarle en los días de su espera;
obtén para nosotros
ese mismo celo y espíritu de servicio
en la tarea de la evangelización.
Tú elevaste tu voz
para cantar las alabanzas del Señor;
guíanos en el gozoso anuncio de la fe
en Cristo Salvador.
Tú tuviste compasión
de los necesitados
e imploraste en su nombre a tu Hijo;
enséñanos a no tener miedo de hablar
del mundo a Jesús y de Jesús al mundo.
Tú estuviste al pie de la cruz,
cuando tu Hijo exhaló su último suspiro;
acompàñanos mientras tratamos de estar unidos,
en el espíritu y en el servicio, a los que sufren.
Tú oraste con los discípulos en el cenàculo;
ayúdanos a esperar el don del Espíritu,
para ir a dondequiera que èl nos lleve.
Protege a la Iglesia
de todas las fuerzas que la amenazan.
Ayúdala a ser imagen verdadera
de la santísima Trinidad.
Intercede para que,
mediante el servicio prestado con amor
por la Iglesia,
todos los pueblos de Asia puedan llegar a conocer
a tu Hijo Jesucristo,
único Salvador del mundo,
y a saborear así el gozo de la vida
en su plenitud.
Oh María, Madre de la nueva creación
y Madre de Asia
ruega por nosotros, tus hijos, ahora y siempre.
inviato da Qumran2, inserito en fecha 22/08/2006
PREGHIERA
2. ¡Ven, Espíritu de amor y de paz!
Juan Pablo II, Oración para el año dedicado al Espíritu Santo
Espíritu Santo, dulce huésped del alma,
muéstranos el sentido profundo del gran jubileo
y prepara nuestro espíritu para celebrarlo con fe,
en la esperanza que no defrauda,
en la caridad que no espera recompensa.
Espíritu de verdad, que conoces las profundidades de Dios,
memoria y profecía de la Iglesia,
dirige la humanidad para que reconozca en Jesús de Nazaret
el Señor de la gloria, el Salvador del mundo,
la culminación de la historia.
¡Ven, Espíritu de amor y de paz!
Espíritu creador, misterioso artífice del Reino,
guía la Iglesia con la fuerza de tus santos dones
para cruzar con valentía el umbral del nuevo milenio
y llevar a las generaciones venideras
la luz de la Palabra que salva.
Espíritu de santidad, aliento divino que mueve el universo,
ven y renueva la faz de la tierra.
Suscita en los cristianos el deseo de la plena unidad,
para ser verdaderamente en el mundo signo e instrumento
de la íntima unión con Dios y de la unidad del género humano.
¡Ven, Espíritu de amor y de paz!
Espíritu de comunión, alma y sostén de la Iglesia,
haz que la riqueza de los carismas y ministerios
contribuya a la unidad del Cuerpo de Cristo,
y que los laicos, los consagrados y los ministros ordenados
colaboren juntos en la edificación del único reino de Dios.
Espíritu de consuelo, fuente inagotable de gozo y de paz,
suscita solidaridad para con los necesitados,
da a los enfermos el aliento necesario,
infunde confianza y esperanza en los que sufren,
acrecienta en todos el compromiso por un mundo mejor.
¡Ven, Espíritu de amor y de paz!
Espíritu de sabiduría, que iluminas la mente y el corazón,
orienta el camino de la ciencia y de la técnica
al servicio de la vida, de la justicia y de la paz.
Haz fecundo el diàlogo con los miembros de otras religiones,
y que las diversas culturas se abran a los valores del Evangelio.
Espíritu de vida, por el cual el Verbo se hizo carne
en el seno de la Virgen, mujer del silencio y de la escucha,
haznos dóciles a las muestras de tu amor
y siempre dispuestos a acoger los signos de los tiempos
que tú pones en el curso de la historia.
¡Ven, Espíritu de amor y de paz!
A ti, Espíritu de amor,
junto con el Padre omnipotente
y el Hijo unigénito,
alabanza, honor y gloria
por los siglos de los siglos. Amén.
inviato da Qumran2, inserito en fecha 22/08/2006
PREGHIERA
3. Oración para el primer año de preparación del Gran Jubileo del 2000
Juan Pablo II, Juan Pablo II
Señor Jesús, plenitud de los tiempos y señor de la historia, dispón nuestro corazón a celebrar con fe el Gran Jubileo del Año 2000, para que sea un año de gracia y de misericordia. Danos un corazón humilde y sencillo, para que contemplemos con renovado asombro el misterio de la Encarnación, por el que tú, Hijo del Altísimo, en el seno de la Virgen, santuario del Espíritu, te hiciste nuestro Hermano.
(Gloria y alabanza a ti, oh Cristo, ahora y por siempre).
Jesús, principio y perfección del hombre nuevo, convierte nuestros corazones a ti, para que, abandonando las sendas del error, caminemos tras tus huellas por el sendero que conduce a la vida. Haz que, fieles a las promesas del Bautismo, vivamos con coherencia nuestra fe, dando testimonio constante de tu palabra, para que en la familia y en la sociedad resplandezca la luz vivificante del Evangelio.
(Gloria y alabanza a ti, oh Cristo, ahora y por siempre).
Jesús, fuerza y sabiduría de Dios, enciende en nosotros el amor a la divina Escritura, donde resuena la voz del Padre, que ilumina e inflama, alimenta y consuela. Tú, Palabra del Dios vivo, renueva en la Iglesia el ardor misionero, para que todos los pueblos lleguen a conocerte, verdadero Hijo de Dios y verdadero Hijo del hombre, único Mediador entra el hombre y Dios.
(Gloria y alabanza a ti, oh Cristo, ahora y por siempre).
Jesús, fuente de unidad y de paz, fortalece la comunión en tu Iglesia, da vigor al movimiento ecuménico, para que con la fuerza de tu Espíritu, todos tus discípulos sean uno. Tú que nos has dado como norma de vida el mandamiento nuevo del amor, haznos constructores de un mundo solidario, donde la guerra sea vencida por la paz, la cultura de la muerte por el compromiso en favor de la vida.
(Gloria y alabanza a ti, oh Cristo, ahora y por siempre).
Jesús, Unigénito del Padre, lleno de gracia y de verdad, luz que ilumina a todo hombre, da a quien te busca con corazón sincero la abundancia de tu vida. A ti, Redentor del hombre, principio y fin del tiempo y del cosmos, al Padre, fuente inagotable de todo bien, y al Espíritu Santo, sello del infinito amor, todo honor y toda gloria por los siglos de los siglos. Amén.
inviato da Qumran2, inserito en fecha 22/08/2006