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RACCONTO

1. El Campesino y la Roca

La historia cuenta que un rey colocó una gran roca obstaculizando un camino y luego se escondió para ver si alguien la quitaba.

Algunos de los comerciantes y cortesanos màs adinerados del reino pasaron por allí y simplemente rodearon la roca sin intentar moverla.

Muchos culparon al rey de no mantener los caminos despejados, pero ninguno intento moverla.

Cierto día, pasó por allí un campesino con su carreta cargada de verduras, al aproximarse y ver la roca, bajó la carga que traía y con su carro y los caballos trato de moverla hacia un lado del camino. Después de mucho trabajo logró moverla y despejar el camino.

Mientras recogía su carga de vegetales, notó que en el lugar donde estaba la roca había una bolsa que contenía una gran cantidad de monedas de oro y una nota del Rey que decía: Las monedas de oro son para la persona, que logre mover la piedra del camino.

El obstàculo que para muchos era un impedimento para seguir adelante, para el campesino solo fue una oportunidad de demostrar que nada puede entorpecer el camino de nuestra vida. Con sabiduría y coraje hizo lo que otros jamàs hubieran hecho.

“En el transitar por esta nos encontramos con muchos obstàculos, si los enfrentamos con una actitud correcta y no tratamos simplemente de evitarlos, aprenderemos a ser sabios y valientes, y a su tiempo recibiremos el premio oportuno, como le ocurrió al campesino”

obstàculosoportunidadresponsabilidadcompromiso

inviato da Qumran2, inserito en fecha 01/02/2018

RACCONTO

2. La cadena sin fin

Josè Real Navarro, Erase una vez... Cuentos para educar en valores cristianos

Un día, estaba un niño jugando a la pelota dentro de su casa. Su madre se lo tenía prohibido, pero como no estaba, èl hacía lo que quería. Hasta que pasó lo que tenía que pasar. Con el balón, rompió el jarrón preferido de su madre. Cuando èsta vino a casa, el ni-ño le dijo una mentira para librarse del castigo. Le dijo que había sido su hermano pequeño, que gateando por el suelo lo había ro-to. La madre se enfadó muchísimo. Recogió las piezas rotas, e intentó recomponerlo.

Estaba tan disgustada, que se le olvidó sacar la comida del homo y se le quemó. Cuando llegó el padre a casa, no había nada para comer Después de discutir con ella por este motivo, se marchó irritado a comer al bar de la esquina.

Por culpa de su enfado, trató de malas maneras al camarero que le estaba sirviendo. El pobre camarero se puso muy nervioso por esto, y sin querer, derramó sobre una señora una taza de café manchàndole todo el vestido.

La señora cogió su coche y se marchó llorando a casa para cambiarse de ropa. Pero lloraba tanto que no veía bien el camino. Y sin darse cuenta, golpeó a un coche que estaba parado en un semàforo. El dueño del coche salió muy enfadado, y después de discutir y tomarse los datos para arreglar el golpe, se marchó muy disgustado a su trabajo.

Era maestro y casualmente tenía como alumno al que había roto el jarrón. Cuando entró en clase, estaba de muy mal genio. Le pa-reció oír hablar a alguien y castigó al primero que se le ocurrió, y fue precisamente al niño que lo había iniciado todo.

Sin saberlo este niño, al desobedecer a su madre y mentirle, había iniciado una cadena de enfados y discusiones. Y ahora estaba sufriendo las consecuencias de lo que èl inició.

«El mal, como las procesiones, vuelve a su punto de partida.»

mentirasresponsabilidadiramalobuenoperdónresentimiento

inviato da Qumran2, inserito en fecha 18/10/2016

RACCONTO

3. Los dos bebés

En el vientre de una mujer embarazada se encontraban dos bebés. Uno pregunta al otro:
-¿Tú crees en la vida después del parto?

- Claro que sí. Algo debe existir después del parto. Tal vez estemos aquí porque necesitamos prepara
rnos para lo que seremos màs tarde.

- ¡Tonterías! No hay vida después del parto. ¿Cómo sería esa vida?

- No lo sé pero seguramente... habrà màs luz que aquí. Tal vez caminemos con nuestros propios pies y nos alimentemos por la boca.

- ¡Eso es absurdo! Caminar es imposible. ¿Y comer por la boca? ¡Eso es ridículo! El cordón umbilical es por donde nos alimentamos. Yo te digo una cosa: la vida después del parto està excluida. El cordón umbilical es demasiado corto.

- Pues yo creo que debe haber algo. Y tal vez sea sólo un poco distinto a lo que estamos acostumbrados a tener aquí.

- Pero nadie ha vuelto nunca del màs allà, después del parto. El parto es el final de la vida. Y a fin de cuentas, la vida no es màs que una angustiosa existencia en la oscuridad que no lleva a nada.

- Bueno, yo no sé exactamente cómo serà después del parto, pero seguro que veremos a mamà y ella nos cuidarà.
- ¿Mamà? ¿Tú crees en mamà? ¿Y dónde crees tú que està ella?

- ¿Dónde? ¡En todo nuestro alrededor! En ella y a través de ella es como vivimos. Sin ella todo este mundo no existiría.

- ¡Pues yo no me lo creo! Nunca he visto a mamà, por lo tanto, es lógico que no exista.

- Bueno, pero a veces, cuando estamos en silencio, tú puedes oírla cantando o sentir cómo acaricia nuestro mundo. ¿Sabes?... Yo pienso que hay una vida real que nos espera y que ahora solamente estamos preparàndonos para ella...

vidavida eterna

inviato da Qumran2, inserito en fecha 17/12/2012

RACCONTO

4. Las dos ranas

Paramahansa Yogananda

En cierta ocasión una corpulenta rana y una vivaracha ranita, saltaban juntas hasta que tuvieron la desgracia de caer dentro de un balde de leche fresca. Estuvieron nadando horas y horas con la esperanza de salir de alguna manera, pero las paredes del balde eran empinadas y resbaladizas, por lo cual la muerte parecía inminente.

Cuando ya la rana grande estaba completamente agotada, perdió el valor. No había esperanza alguna de salvación. "Poque seguir luchando contra lo inevitable? Ya no puedo nadar mas", se lamentó ."i Sigue, sigue, no te detengas!", le dijo la ranita que seguía dando vueltas y vueltas alrededor del balde; y así continuaron nadando por un tiempo. Pero la rana grande decidió que ya no valía la pena persistir. "Hermanita, mas vale que nos demos por vencidas", murmurò la rana grande, "Voy a abandonar la lucha."

Así pues, la ranita quedo sola y pensando: "Si abandono la batalla significa entregarme a la muerte, yo seguiré nadando". Dos horas mas transcurrieron y las pequeñas y delgadas patitas de la decidida ranita estaban casi paralizadas por el agotamiento, y parecía que no podrían moverse un minuto mas. Pero luego reflexiono en su amiga ya muerta y se dijo: "Abandonar la lucha significa la una muerte. Segura, así que seguiré petaleando hasta que muera - si la muerte ha de llegar - pero no abandonare mis esfuerzos, 'i mientras hay vida hay esperanza!'.

Plena de determinación, la ranita siguio nadando en círculos, una y otra vez, dentro del balde, agitando la leche en pequeñas olas. Después de un rato, cuando ya se sentía completamente agotada y creía que estaba a punto de ahogarse, repentinamente sintió algo sólido bajo sus pies. Con gran sorpresa advirtió que estaba descasando sobre un trozo de mantequilla que se había formado al batir la leche con su incesante pataleo.Y así, la exitosa ranita salto fuera del balde de leche hacia la libertad.

determinación

inviato da Qumran2, inserito en fecha 21/05/2012

RACCONTO

5. ¿Cuàl es la parte màs importante de la misa?

Félix Jiménez, escolapio

Un catequista preguntó un día a un grupo de jóvenes que se preparaban para la Confirmación: "¿Cuàl es la parte màs importante de la misa?" La mayoría respondió:
- "La consagración". Pero uno contestó:
- "La parte màs importante es el rito de despedida".

El catequista sorprendido le preguntó: "¿Por qué dices eso?" Y èste le respondió:

-"La misa sirve para alimentarnos con la palabra, el cuerpo y la sangre del Señor. Pero la Misa comienza cuando termina. Salimos a la calle para hacer y decir lo que dijeron los discípulos de Emaus: "Hemos reconocido al Señor al partir el pan, y està vivo, y vive para siempre y para nosotros".>

misamisioneucaristiaemaus

inviato da Qumran2, inserito en fecha 19/04/2012

RACCONTO

6. Juan 3,16

En la ciudad de Chicago, una noche de invierno soplaba un fuerte viento. Un niñito vendía periódicos en un rincón, tratando de guarecerse del frío inclemente. Realmente, no vendía mucho, lo que intentaba era no congelarse de frío.

Vio a un policía se le acercó y le preguntó: Señor: ¿Sabrà usted de algún refugio… …donde un niño pueda dormir esta noche? Normalmente duermo en una caja de cartón que guardo en el callejón, pero es que esta noche hace demasiado frío… …y me gustaría estar en un lugar càlido.

El policía miró al chico y le dijo: Baja por esta calle, hasta una casa blanca, toca la puerta y cuando te abran solamente di: “Juan 3,16”, y te dejaràn pasar. El niño obedeció, llegó a la casa y tocó a la puerta. Una gentil señora abrió la puerta, el niño la miró y le dijo:“Juan 3,16”. La señora le contesta:- ”Pasa hijo mío”.

Lo toma de la mano y lo sienta en una mecedora cerca de una vieja chimenea que estaba encendida. La señora sale de la habitación y el chico piensa por un breve instante: "La verdad es que no entiendo eso de Juan 3,16, pero parece que en verdad puede hacer que un chico… se caliente en una noche fría".

Al rato, la señora regresa y le pregunta al chico: - ¿Quisieras comer? El chico respondió: Un pancito no me vendría mal, hace días que no como y no me vendría nada mal un poco de pan. La señora tomo al niño de la mano, lo llevó a la cocina y lo sentó a una mesa llena de exquisitos manjares. El chico comió y comió hasta que ya no pudo màs y entonces pensó: "La verdad es que sigo sin entender a Juan 3,16, pero es seguro que llena un estomago hambriento".

Al terminar, la señora tomó al chico de la mano y lo llevó al baño, donde lo esperaba una tina llena agua tibia y olorosas burbujas. Mientras el chico se sumergía en la tina, pensaba: "La verdad es que ahora menos entiendo a Juan 3,16, pero ya sé que este puede dejar bien limpio a un chico sucio. En verdad yo nunca había tomado un baño de verdad.. …en toda mi vida.

El único baño que recuerdo… fue la vez que me metí debajo del hidrante de los bomberos un día que estos lo abrieron y dejaron caer el agua por la calle". La señora regresó por el chico, lo llevó a una habitación, lo vistió con un pijama y lo acostó en una inmensa cama con una almohada de plumas. Lo cubrió con una espesa colcha, lo besó… y le deseo dulces sueños, apagó la luz y salió. El chico, bien abrigado en la cama veía, a través de la ventana, la nieve caer y pensó: "La verdad es que Juan 3,16 puede hacer… que un chico cansado pueda descansar..."

A la mañana siguiente, la señora regresó con ropa limpia y lo llevó ante la misma mesa de la noche anterior, llena de ricos manjares para el desayuno, después de comer, la señora lo sentó en la misma mecedora de la noche anterior y tomó en sus manos una vieja Biblia.

Se sentó frente a èl, le miró a los ojos y con una dulce voz le dijo: - ¿Entiendes a Juan 3,16? No señora, anoche fue la primera vez en mi vida que oí sobre el… cuando el policía me dijo que se lo dijera a usted. La señora abrió la Biblia; la abrió en Juan 3,16 y comenzó a explicarle, al niño, acerca de Jesús.

Ahí, frente a esa vieja chimenea… el chico entregó su corazón y su vida a Jesús, al tiempo que pensaba: "Juan 3,16... Quizàs no lo entienda, pero hace que un chico perdido se sienta seguro, se sienta amado".

¿Saben? Yo tampoco lo entiendo exactamente: “Como fue que Dios estuvo dispuesto a mandar a su único Hijo a morir por mí, y como fue que Jesús estuvo dispuesto a ello. No comprendo la agonía del Padre y de toda la Corte Celestial al presenciar el sufrimiento de la pasión y muerte de Jesús.

No entiendo la intensidad del AMOR de Jesús por mi, que lo mantuvo en su camino hacia la cruz hasta el fin. Yo no lo entiendo, pero de lo que si estoy seguro… es de que hace: QUE ESTA VIDA VALGA LA PENA VIVIRLA Y QUE NUESTRA MISIÓN DEBE SER CUMPLIDA!”.

Juan 3,16 "Porque de tal manera amó Dios al mundo: Que ha dado a su Hijo Unigénito, para que todo aquel que en Él cree, no se pierda màs tenga vida eterna".

inviato da Qumran2, inserito en fecha 14/03/2009