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RACCONTO

1. ¿Contra quién luchamos?

Se cuenta lo siguiente de un viejo anacoreta o ermitaño, es decir, una de esas personas que por amor a Dios se refugian en la soledad del desierto, del bosque o de las montañas para solamente dedicarse a la oración y a la penitencia.

Se quejaba muchas veces que tenía demasiado quehacer. La gente no entendía cómo era posible que tuviera tanto trabajo en su retiro.

A lo que les contestó: "Tengo que domar a dos halcones, entrenar a dos àguilas, mantener quietos a dos conejos, aigilar una serpiente, cargar un asno y someter a un león".

No vemos ningún animal cerca de la cueva donde vives. ¿Dónde estàn todos estos animales?

Entonces el ermitaño Dio una explicación que todos comprendieron. “Estos animales los llevamos dentro”

Los dos halcones, se lanzan sobre todo lo que se les presenta, bueno y malo. Tengo que entrenarlos para que sólo se lancen sobre presas buenas… MIS OJOS SON

Las dos àguilas con sus garras hieren y destrozan. Tengo que entrenarlas para que sólo se pongan al servicio y ayuden sin herir… SON MIS MANOS

Y los conejos quieren ir adonde les plazca, huir de los demàs y esquivar las situaciones difíciles. Tengo que enseñarles a estar quietos aunque haya un sufrimiento, un problema o cualquier cosa que no me gusta… SON MIS PIES

Lo màs difícil es vigilar la serpiente aunque se encuentra encerrada en una jaula de 32 varillas. Siempre està lista por morder y envenenar a los que la rodean apenas se ES MI LENGUA abre la jaula, si no la vigilo de cerca, hace daño…

El burro es muy obstinado, no quiere cumplir con su deber. Pretende estar cansado y no quiere llevar su carga de cada día… ES MI CUERPO

Finalmente necesito domar al león, quiere ser el rey, quiere ser siempre el primero, es vanidoso y orgulloso… ESE... ES MI CORAZON

conversion cuaresma

inviato da Qumran, inserito en fecha 14/03/2009

PREGHIERA

2. Oración para las personas de vida consagrada

Juan Pablo II, Jubileo de la Vida Consagrada, 2 de febrero de 2000

Virgen María, Madre de Cristo
y de la Iglesia,
dirige tu mirada
a los hombres y mujeres
que tu Hijo ha llamado
a seguirlo
en la total consagración
a su amor:
que se dejen guiar siempre
por el Espíritu;
que sean incansables
en su entrega
y en su servicio al Señor,
para que sean testigos fieles
de la alegría
que brota del Evangelio
y heraldos de la Verdad
que guía al hombre
a los manantiales
de la Vida inmortal.
Amén.

consagradas

inviato da Qumran2, inserito en fecha 14/03/2009

PREGHIERA

3. Oración del Papa a la Virgen de Loreto

Santo Padre Benedicto XVI, Santo Padre Benedicto XVI

María, Madre del sí, tú escuchaste a Jesús
y conoces el timbre de su voz

y el latido de su corazón.

Estrella de la mañana, hàblanos de èl
y descríbenos tu camino

para seguirlo por la senda de la fe.

María, que en Nazaret habitaste con Jesús,
imprime en nuestra vida tus sentimientos,
tu docilidad, tu silencio que escucha y hace florecer

la Palabra en opciones de auténtica libertad.

María, hàblanos de Jesús, para que el frescor
de nuestra fe brille en nuestros ojos
y caliente el corazón de aquellos
con quienes nos encontremos,
como tú hiciste al visitar a Isabel,
que en su vejez se alegró contigo
por el don de la vida.

María, Virgen del Magníficat
ayúdanos a llevar la alegría al mundo
y, como en Canà, impulsa a todos los jóvenes
comprometidos en el servicio a los hermanos

a hacer sólo lo que Jesús les diga.

María, dirige tu mirada al àgora de los jóvenes,
para que sea el terreno fecundo de la Iglesia italiana.
Ora para que Jesús, muerto y resucitado,
renazca en nosotros
y nos transforme en una noche llena de luz,
llena de èl.

María, Virgen de Loreto, puerta del cielo,
ayúdanos a elevar nuestra mirada a las alturas.
Queremos ver a Jesús, hablar con èl
y anunciar a todos su amor.

maria

inviato da Qumran2, inserito en fecha 02/07/2007

PREGHIERA

4. A María, Madre de Asia

Juan Pablo II, Exhortación Apostólica "Ecclesia in Asia"

Oh Madre santa, Hija del Altísimo,
Virgen Madre del Salvador y Madre nuestra,
dirige tu mirada, llena de ternura, hacia la Iglesia
que tu Hijo ha plantado en tierra de Asia.
Sé tu su guía y modelo,
mientras prosigue la misión

de amor y servicio de tu Hijo en Asia.

Tú aceptaste plena y libremente
la invitación del Padre a ser Madre de Dios;
enséñanos a vaciar
nuestro corazón de todo lo que no es Dios,
para que también nosotros nos llenemos
del Espíritu Santo.

Tú contemplaste los misterios
de la voluntad de Dios
en el silencio de tu corazón;
ayúdanos a discernir

los signos de la poderosa mano de Dios.

Tú te apresuraste a visitar a Isabel
para ayudarle en los días de su espera;
obtén para nosotros
ese mismo celo y espíritu de servicio
en la tarea de la evangelización.

Tú elevaste tu voz
para cantar las alabanzas del Señor;
guíanos en el gozoso anuncio de la fe
en Cristo Salvador.

Tú tuviste compasión
de los necesitados
e imploraste en su nombre a tu Hijo;
enséñanos a no tener miedo de hablar

del mundo a Jesús y de Jesús al mundo.

Tú estuviste al pie de la cruz,
cuando tu Hijo exhaló su último suspiro;
acompàñanos mientras tratamos de estar unidos,

en el espíritu y en el servicio, a los que sufren.

Tú oraste con los discípulos en el cenàculo;
ayúdanos a esperar el don del Espíritu,
para ir a dondequiera que èl nos lleve.

Protege a la Iglesia
de todas las fuerzas que la amenazan.
Ayúdala a ser imagen verdadera
de la santísima Trinidad.

Intercede para que,
mediante el servicio prestado con amor
por la Iglesia,
todos los pueblos de Asia puedan llegar a conocer
a tu Hijo Jesucristo,
único Salvador del mundo,
y a saborear así el gozo de la vida
en su plenitud.

Oh María, Madre de la nueva creación
y Madre de Asia
ruega por nosotros, tus hijos, ahora y siempre.

Maria evangelización

inviato da Qumran2, inserito en fecha 22/08/2006

PREGHIERA

5. Oración para los laicos

Juan Pablo II, Exhortación Apostólica "Christifideles Laici"

Oh Virgen santísima
Madre de Cristo y Madre de la Iglesia,
con alegría y admiración
nos unimos a tu Magnificat,
a tu canto de amor agradecido.
Contigo damos gracias a Dios,
«cuya misericordia se extiende
de generación en generación»,
por la espléndida vocación
y por la multiforme misión
confiada a los fieles laicos,
por su nombre llamados por Dios
a vivir en comunión de amor
y de santidad con Él
y a estar fraternalmente unidos
en la gran familia de los hijos de Dios,
enviados a irradiar la luz de Cristo
y a comunicar el fuego del Espíritu
por medio de su vida evangélica
en todo el mundo.

Virgen del Magnificat,
llena sus corazones
de reconocimiento y entusiasmo
por esta vocación y por esta misión.
Tú que has sido,
con humildad y magnanimidad,
«la esclava del Señor»,
danos tu misma disponibilidad
para el servicio de Dios
y para la salvación del mundo.
Abre nuestros corazones
a las inmensas perspectivas
del Reino de Dios
y del anuncío del Evangelio
a toda criatura.

En tu corazón de madre
estàn siempre presentes los muchos peligros
y los muchos males
que aplastan a los hombres y mujeres
de nuestro tiempo.
Pero también estàn presentes
tantas iniciativas de bien,
las grandes aspiraciones a los valores,
los progresos realizados

en el producir frutos abundantes de salvación.

Virgen valiente,
inspira en nosotros fortaleza de ànimo
y confianza en Dios,
para que sepamos superar
todos los obstàculos que encontremos
en el cumplimiento de nuestra misión.
Enséñanos a tratar las realidades del mundo
con un vivo sentido de responsabilidad cristiana
y en la gozosa esperanza
de la venida del Reino de Dios,

de los nuevos cielos y de la nueva tierra.

Tú que junto a los Apóstoles
has estado en oración
en el Cenàculo
esperando la venida del Espíritu de Pentecostés,
invoca su renovada efusión
sobre todos los fieles laicos, hombres y mujeres,
para que correspondan plenamente
a su vocación y misión,
como sarmientos de la verdadera vid,
llamados a dar mucho fruto
para la vida del mundo.

Virgen Madre,
guíanos y sosténnos para que vivamos siempre
como auténticos hijos
e hijas de la Iglesia de tu Hijo
y podamos contribuir a establecer sobre la tierra
la civilización de la verdad y del amor,
según el deseo de Dios
y para su gloria.
Amén.

laicos virgen Maria

inviato da Qumran2, inserito en fecha 22/08/2006

PREGHIERA

6. ¡Ven, Espíritu de amor y de paz!

Juan Pablo II, Oración para el año dedicado al Espíritu Santo

Espíritu Santo, dulce huésped del alma,
muéstranos el sentido profundo del gran jubileo
y prepara nuestro espíritu para celebrarlo con fe,
en la esperanza que no defrauda,

en la caridad que no espera recompensa.

Espíritu de verdad, que conoces las profundidades de Dios,
memoria y profecía de la Iglesia,
dirige la humanidad para que reconozca en Jesús de Nazaret
el Señor de la gloria, el Salvador del mundo,

la culminación de la historia.

¡Ven, Espíritu de amor y de paz!

Espíritu creador, misterioso artífice del Reino,
guía la Iglesia con la fuerza de tus santos dones
para cruzar con valentía el umbral del nuevo milenio
y llevar a las generaciones venideras

la luz de la Palabra que salva.

Espíritu de santidad, aliento divino que mueve el universo,
ven y renueva la faz de la tierra.
Suscita en los cristianos el deseo de la plena unidad,
para ser verdaderamente en el mundo signo e instrumento

de la íntima unión con Dios y de la unidad del género humano.

¡Ven, Espíritu de amor y de paz!

Espíritu de comunión, alma y sostén de la Iglesia,
haz que la riqueza de los carismas y ministerios
contribuya a la unidad del Cuerpo de Cristo,
y que los laicos, los consagrados y los ministros ordenados

colaboren juntos en la edificación del único reino de Dios.

Espíritu de consuelo, fuente inagotable de gozo y de paz,
suscita solidaridad para con los necesitados,
da a los enfermos el aliento necesario,
infunde confianza y esperanza en los que sufren,

acrecienta en todos el compromiso por un mundo mejor.

¡Ven, Espíritu de amor y de paz!


Espíritu de sabiduría, que iluminas la mente y el corazón,
orienta el camino de la ciencia y de la técnica
al servicio de la vida, de la justicia y de la paz.
Haz fecundo el diàlogo con los miembros de otras religiones,

y que las diversas culturas se abran a los valores del Evangelio.

Espíritu de vida, por el cual el Verbo se hizo carne
en el seno de la Virgen, mujer del silencio y de la escucha,
haznos dóciles a las muestras de tu amor
y siempre dispuestos a acoger los signos de los tiempos

que tú pones en el curso de la historia.

¡Ven, Espíritu de amor y de paz!

A ti, Espíritu de amor,
junto con el Padre omnipotente
y el Hijo unigénito,
alabanza, honor y gloria
por los siglos de los siglos. Amén.

inviato da Qumran2, inserito en fecha 22/08/2006