PERFECCIONAR LA BUSQUEDA

Nuevas palabras - Comentarios al Evangelio y a la LiturgiaCommenti al Vangelo
AUTORES Y SUSCRIPCION - búsqueda

Torna alla pagina precedente

Icona .doc

TESTO El Verbo se hizo carne

Marco Pedron  

Natale del Signore - Messa del Giorno (25/12/2009)

Evangelio: Gv 1,1-18 (forma breve Gv 1,1-5.9-14) Haz clic aquí para ver las Lecturas (Evangelio: )

visualiza Gv 1,1-18

1In principio era il Verbo,

e il Verbo era presso Dio

e il Verbo era Dio.

2Egli era, in principio, presso Dio:

3tutto è stato fatto per mezzo di lui

e senza di lui nulla è stato fatto di ciò che esiste.

4In lui era la vita

e la vita era la luce degli uomini;

5la luce splende nelle tenebre

e le tenebre non l’hanno vinta.

6Venne un uomo mandato da Dio:

il suo nome era Giovanni.

7Egli venne come testimone

per dare testimonianza alla luce,

perché tutti credessero per mezzo di lui.

8Non era lui la luce,

ma doveva dare testimonianza alla luce.

9Veniva nel mondo la luce vera,

quella che illumina ogni uomo.

10Era nel mondo

e il mondo è stato fatto per mezzo di lui;

eppure il mondo non lo ha riconosciuto.

11Venne fra i suoi,

e i suoi non lo hanno accolto.

12A quanti però lo hanno accolto

ha dato potere di diventare figli di Dio:

a quelli che credono nel suo nome,

13i quali, non da sangue

né da volere di carne

né da volere di uomo,

ma da Dio sono stati generati.

14E il Verbo si fece carne

e venne ad abitare in mezzo a noi;

e noi abbiamo contemplato la sua gloria,

gloria come del Figlio unigenito

che viene dal Padre,

pieno di grazia e di verità.

15Giovanni gli dà testimonianza e proclama:

«Era di lui che io dissi:

Colui che viene dopo di me

è avanti a me,

perché era prima di me».

16Dalla sua pienezza

noi tutti abbiamo ricevuto:

grazia su grazia.

17Perché la Legge fu data per mezzo di Mosè,

la grazia e la verità vennero per mezzo di Gesù Cristo.

18Dio, nessuno lo ha mai visto:

il Figlio unigenito, che è Dio

ed è nel seno del Padre,

è lui che lo ha rivelato.

Estas líneas esconden una profundidad que nunca acabaremos de descubrir. Son líneas que te llevan directamente al grande misterio de Dios. Como cuando estàs en montaña: estàs encima al monte, en la cumbre y miras hacia el infinito. Hay siempre algo màs que mirar, hay siempre algo que no ves; tus ojos no acaban de maravillarse y al mismo tiempo estàn conscientes de que ven poco.

El evangelio dice: "en el principio (berescit) es el Verbo" (y no "era"). El verbo es presente. No es un inicio histórico sino lo que està dentro de cada uno de nosotros, un oriente del ser. Berescit (es la primera palabra de la Genesis) no es una palabra casual: dice del camino del hombre. La letra "bet" es la segunda del alfabeto hebreo. La primera es el "alef" que indica Dios. En el principio lo que es Uno ("alef") se deja reconocer en la dualidad ("bet-due").

Lo que el hombre tiene que hacer es reconocer a Dios a través de la luz y la hombra de la existencia. Dios en esta tierra se hace presente y visible, carne, en la luz y en la sombra de cada cosa: dar y recibir, bien y mal, claro y obscuro, masculino y femenino, mobilidad e inmobilidad. Berescit (b-r-scit) es el principio de los dos movimientos de la vida: el crear (b-r) y el dejar (scit), la luz y el oscuro, el movimiento y el descanso, el día y la noche.

La letra b es la base del camino del hombre: "No hay respuestas claras, seguras. Si quieres algo tienes que caminar y juntar la luz y la sombra de cada cosa, porque a partir de la unión de estas dos diversidades y contraposiciones nace una unidad superior".

Mirad lo que pasó en el Oceano Indiano: ¿quién puede decir que es algo bueno? Solo un loco. Todo viene de Dios, pero ¿como se puede relacionar esto con lo que pasó? No se puede eliminar uno de los dos polos: quedan la sombra, la muerte, la negatividad. 100.000 muertos (o màs) nunca podràn ser una positividad, nunca podremos pensar que Dios tenga algo que ver con todo esto. ¿Qué Dios sería? De todas maneras sabemos que todo viene de Él, que Él es el origen de cada cosa. Pero las dos cosas no quedan bien juntas, quedan muy mal.

Puede ser demasiado simplista, fàcil o hipócrita decir: "No se porqué, pero todo viene de Él". Porque se necesita explicar el sentido de millares de muertos y de la destrucción de poblaciones. Y así puede ser demasiado cómodo decir: "Dios no tiene nada que ver con todo eso". Si Dios no es presente en estas situaciones, ¿dónde està?

Esta es la fatiga que siempre tendríamos que hacer en cada situación de la vida: juntar luz y sombra, sin eliminar los dos polos para encontrar un principio que esté allà de la visión, que junte todo y lo supere; un principio que nos lleve a Dios.

En el maremoto, tràgico evento que Èl no quiso, Dios nos habla. Hay un principio que Dios nos manifesta en lo que pasó: la vida es màs importante de la calidad de la vida, y tenemos que empezar a elegir. Como sociedad tenemos que elegir si vivir con todos con las mismas oportunidades o si dejar millardos de personas a la merced del hambre, de los eventos naturales, de las epidemias, de las guerras. Elegir un mundo diferente, significa tener menos comodidades, renunciar a algo, diminuir nuestro bienestar. Elegir un mundo diferente significa buscar una mejor distribución de los recursos, utilizando como expresión de lo que tenemos en el corazón energia y dinero, no simplemente palabras.

En el maremoto Dios nos habla porque hay un principio que tenemos que aprender si queremos ver màs allà de la dualidad de los acontecimientos: todo el mundo es un único pueblo. La globalización no concierne sólo los mercados, sino también la los derechos y los deberes.

Así, para cada acontecimiento de nuestra vida: tienes una enfermedad, no te la mandó Dios; pero, a través de tu enfermedad, si quieres escucharlo, Él te habla.

Tu marido se va de casa con otra mujer. Ve màs allà de la situación, intenta entrar dentro de ella para comprender como, a través de esta situación que depende de ti y de los eventos humanos, Él te habla.

Hay un cambio en tu trabajo, es tu jefe que lo quiere, pero también Él te està hablando ("cambia trabajo, aprende como defenderte, es la ocasión para reflexionar sobre tu vida y lo demàs").

¿Te duele un tobillo? Dios no tiene nada que ver con eso; pero puedes preguntarte si fatigas a cambiar dirección. ¿Te duele una rodilla? Puedes preguntarte si estàs poco flexible. ¿Te duelen los hombros? Puedes preguntarte qué pesos te abruman.

La palabra "verbo" (dabar) significa también "cosa" y "peste" (deber). Todo es Verbo, todo y nada es imagen de Dios. Depende de ti.

Todo y nada puede venir de Él. La peste de nuestro tiempo es la superficialidad: cuando miramos a las cosas y no logramos entrar en ellas, quedamos en la puerta, en la superficie de todo.

Miras a las personas y quisieras que todas estuvieran allí para ti; tienes envidia y celos; entonces las personas llegaràn a ser tus enemigos, adversarios contra los que quieres competir. Miras a la tierra y te preguntas cuanto puede producir o cuantas casas se pueden construir en un pequeño pedazo de tierra. Entonces la tierra no te lleva a Dios, al Principuo, sino llega a ser una "cosa". Miras la cumbre y puedes ver a Dios, puedes tocar al Altísimo; pero puedes también sentirte el "mejor" entre todos y llegar a ser, tú también, una cosa.

Tu vida es hacer, hacer, hacer; tu vida ha perdido su sentido, se està alejando del principio divino que està en ti. No hay espacio para el silencio, para el canto, para las emociones, para el alma: estàs llegando a ser como las cosas que tocas. Nosotros nos transformamos en lo que manejamos.

Todo el evangelio es un subrayado de Dios, de que Él està aqui y de que, mirando podemos reconocerlo. "Venía en el mundo la verdadera luz... Él llegaba en el mundo... Y el Verbo se hizo carne, y habitó entre nosotros y vimos su gloria...".

Puedes verlo en cada cosa o in ninguna cosa. Dios es Verbo (dabar) o peste (deber) según tus ojos. ¿Porqué no lo vemos y no lo reconocemos? Cuando miramos a una persona, muy a menudo ella no nos da ninguna emoción. Su cara llega a nuestros ojos pero no alcanza nuestro corazón.

Cuando miras a tu mujer ¿porqué no ardes? Es la madre de tus hijos, con la que compartiste los momentos màs íntimos, la quieres y ¿no sientes nada? ¿No te conmueve? "Fijate porque Èl està aquí".

Cuando miro a las personas que vienen para hablarme y entro en su mundo, a veces lleno de sufrimiento y de miedo, en aquel momento mi corazón sobresalta por el dolor. A veces no tengo remedios; a veces puedo ser sólo una casa, un lugar donde pueden estar tranquilos sin que nadie los juzgue. Siento que Él està aquí; siento que es indefenso como el niño de la Navidad: necesita una cueva, una protección, una consolación; siento que el Dios que està en aquel hombre necesita my ayuda. "Venid a mi todos los que estàis trabajados y cargados, y yo os haré descansar" (Mt II, 28).

Cuando miro a las personas que cambiaron, que superaron dificultades, que no se rendieron, que lucharon contra sus demonios y ganaron, siento estupor y conmoción. Siento que Él està aquí. Lo veo, lo reconozco. Y pienso a cuando Jesús decía: "Yo te bendigo Padre, porque has ocultado estas cosas a los sabios e inteligentes, y se las has revelado a los pequeños" (Mt 11,25).

Cuando veo la luna brillar en el sombrío de la noche, cuando oigo el sonido del silencio o la paz de la noche todo entra en mi corazón porque percibo que Él està aquí. "Mirad los pajaros en el cielo...los lirios del campo" (Mt 6,25-34).

El prólogo dice: el Verbo se hizo carne.

Esto significa que nuestro cuerpo es imagen y semejanza de Dios. Nuestro cuerpo, nuestra forma nos habla de Dios, nos revela un sentido profundo.

El Verbo se hizo carne significa que Dios es concreto, realidad. Sólo un Dios encarnado en la tierra nos puede decir: ¿como es posible que el hombre envenene el aire, destruya los àrboles, transforme nuestra tierra y nuestro cielo en un basurero, realize comida que nos mata y contamine el ambiente? ¿Cómo es posible? Sólo un Dios encarnado cuida la tierra.

Sólo un Dios encarnado en la sociedad puede decir: ¿cómo se puede creer en la globalización selvaja? Hay reglas para todo: en la calle, en el trabajo, en la economía pero pocos las respetan. Si Dios està en el cielo no piensa en eso. Sólo un Dios encarnado puede interesarse interesarse.

Sólo un Dios encarnado en la vida puede decir: basta con todas estas palabras sobre Dios y Cristo. Si quieres que tu hijo te comprenda habla simplemente. Si Dios està en el cielo se lo describe con palabras altisonantes; pero si Dios està en la tierra, quien se deja tocar y transformar por Él lo puede conocer. S. Francesco decía a sus frailes: "Estudiad teología sólo si no va a arruinar vuestro espíritu".

Sólo un Dios encarnado en el hombre puede decir: cada hombre merece vivir. Dios se hace carne, hombre en el americano, en el afgano, en el iraquí. Y todos, para Dios, tienen los mismos derechos y deberes, el mismo derecho a existir, amar y ser respetados. Dios se hace carne en todo lo que vive, y todo lo que vive merece nuestro respeto y nuestro amor.

En la encarnación Dios puso una semilla divina de la naturaleza humana: vive tu humanidad, aquí està Dios. Dios vino en la tierra porque no huísimos en el cielo y amàsimos esta tierra.

Dios es carne, en el sentido que sin carne Dios està sin cara. Dios necesita la carne, la cara, las manos de los hombres para expresarse y actuar. Por eso, ¡ama todo lo que es humano!.

La Grande Tradición de la iglesia conocía todo eso. Tertulliano decía: "Caro cardo salutis": la carne es el fundamento de la salvación; sin la carne no hay salvación. En-carnación significa que Dios està aquí. O sea: o lo encuentras en el cuerpo, en la cara, en las manos, en los ojos, en la sexualidad, en la naturaleza, en la debilidad, en la fuerza, en la historia, en la vida, o no lo encuentraràs en ningún otro sitio. Dios no se conoce (mente), mientras que se lo re-conoce (corazón). Lo puedes ver en todo o en nada. Depende de tus ojos.

Pensamiento de la Semana

Me miro entorno: "Dios està aquí". Me miro: "Dios està aquí".

Traduzione di Francesca Casarin

 

Ricerca avanzata  (11 comentarios presentes)
Homilías rituales por: Bautismos - Matrimonios - Exequias
brano evangelico
(es.: Mt 25,31 - 46):
festa liturgica:
autor:
ordena por:
palabras: